jueves, 9 de diciembre de 2010

Eterna comedia

Lo escribió Jules Laforgue:

Cuando en la mañana él la tomaba, desde hacía ya un tiempo ella lo sabía atormentado a su lado. es decir: 1. Ella fingía dormir (con la ventaja de poder suavizar el cierre de sus párpados y de poner una sonrisa en lugar de esa mueca que nuestra boca contrae al entregarse al sueño); 2. Luego él la cogía dulcemente y ella, sin abrir todavía los ojos ni relajar la boca, se prestaba a ello y se estiraba como si ese fuese el primero y más natural pensamiento después de despertar y que por reacción refleja era su cuerpo, toda su naturaleza, la que actuaba, no hallándose la mente plenamente consciente aún; 3. Ella, entonces, aprovechando un abrazo más decidido de su parte, abría la boca y los ojos del modo siguiente: miraba asustada, boca asustada y luego - como si lo acabase de reconocer- sonrisa amistosa y sumisa como si dijera: "no es amable por parte tuya sorprenderme de este modo". Y luego claro el resto.


He aquí en lo que uno se pasa la vida. 

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